23 sept 2013
¡El lunes empiezo! (Tarta San Marcos. ¡Con bizcocho Victoria incluido!)
23 sept 2013
Pues aquí me hallo, en un descanso entre clases aburrida, sin ganas de estudiar y delante de un ordenador. ¿Y qué hago yo? Pues ponerme a escribir en el blog. No tengo remedio...
En realidad todo tiene una explicación. Juro que hoy iba a empezar a estudiar para llevarlo todo al día, pero es que me he despertado tarde y entonces ya tendré que empezar el lunes que viene, ¿no?.
Teníamos pendiente celebrar el cumple de Carlos en condiciones con su familia, y la repostera aficionada tenía que demostrar sus habilidades así que hice una Tarta San Marcos, que es la prefe del señorito y que además se está convirtiendo en tradición en todos sus cumpleaños.
Para la tarta usé un Bizcocho Victoria, que ya tenía ganas de probar a hacerlo y la verdad es que estoy encantada, es un bizcocho súper jugoso y blandito, ¡pienso usarlo en más tartas!
También está buenísimo a secas para desayunar, que conste, y si no que os lo cuente mi perro, ¡que se comía las miguitas del que fue el primer intento! Es que se me rompió al desmoldarlo, ¡y luego lo comimos vilmente!
BIZCOCHO VICTORIA (Yo usé un molde de unos 23 cm)
200g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
200g de azúcar blanco
200g de harina
2 cucharaditas de levadura en polvo
4 huevos M
2 cucharaditas de extracto de vainilla
Precalentamos el horno a 180ºC, engrasamos nuestros moldes con mantequilla y les ponemos un poquito de harina, para que los bizcochos no se nos peguen. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que se integre y la mezcla se vuelva blanquecina. Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo bien tras añadir cada uno. Añadimos el extracto de vainilla y la harina tamizada con la levadura. Batimos hasta que la mezcla sea homogénea.
Con ayuda de una cuchara de bolas de helado, repartimos la masa en los moldes y horneamos en torno a 20 minutos hasta que al pinchar un palillo en los bizcochos salga limpio.
Yo sólo tengo un molde así que horneo la masa en tres veces, pero podéis hornearla toda a la vez y luego cortar en capas el bizcocho.
Los dejamos enfriar en los moldes 5 minutos y luego los pasamos a una rejilla. Cuando estén fríos, los igualamos y nos ponemos a preparar el almíbar.
-Para el almíbar:
100g de azúcar
1 vaso de agua
1/2 vaso de ron
Ponemos el agua, el ron y el azúcar en un cazo y lo ponemos a calentar hasta que el azúcar se haya disuelto.
Y ahora sí, ¡viene lo mejor!
TARTA SAN MARCOS
-Para el relleno:
800g de nata para montar
Azúcar al gusto
2 cucharadas de cacao
-Para la crema de yema:
4 yemas de huevo
150g de azúcar
50ml de agua
Una cucharada de Maizena
Unas gotas de extracto/zumo de limón (Opcional, al gusto)
Azúcar moreno para espolvorear y tostar
Almendras fileteadas o crocanti (Opcional, al gusto)
Primero montamos la nata. Una vez montada añadimos azúcar a nuestro gusto, hasta que esté a nuestro gusto. Reservamos la mitad y a la otra mitad le añadimos las dos cucharadas de cacao y batimos.
Reservamos la nata y la trufa hasta que vayamos a montar la tarta.
Hacemos un almíbar con los 150g de azúcar, el agua y, si lo añadimos, el limón, calentándolo en un cazo hasta que el azúcar se disuelva. Mientras se enfría batimos las yemas de huevo y le añadimos la maizena. Cuando el almíbar esté templado (muy importante, ¡para que no se nos corten las yemas!), lo echamos sobre las yemas muy poco a poco, como si fuera un hilillo, sin parar de remover la mezcla.
Ponemos todo en un cazo y lo calentamos a fuego lento, sin parar de remover, hasta que espese. Cuando esté lista, ponemos el cazo dentro de otro cazo más grande que habremos llenado de agua fría, y seguimos removiendo hasta que se enfríe. Empezamos a montar la tarta.
Ponemos sobre la base en la que vayamos a montar nuestra tarta una capa de bizcocho, lo mojamos con un poco de almíbar y le ponemos encima una capa de trufa. Ponemos la siguiente capa de bizcocho, lo almibaramos y le ponemos una capa de nata. Ponemos la última capa de bizcocho, lo almibaramos y le ponemos encima la crema de yema (¡cuando esté fría!).
Espolvoreamos azúcar moreno por encima de la crema de yema y lo tostamos con nuestro soplete.
Ponemos alrededor una capa muy fina de nata para sujetar las migas y la guardamos en la nevera media hora. La sacamos y ponemos alrededor de la tarta una capa más gruesa de nata. Metemos la espátula en un vaso de agua caliente para que se caliente, y la pasamos alrededor para tener un acabado liso.
A continuación podéis añadir almendras fileteadas o crocanti para que quede más chuli, como hice yo.
Espero que os haya gustado y que también la hagáis en vuestros cumples.
Me despido ya, que me toca volver a clase un par de horitas más.
¡Besitos dulces!
En realidad todo tiene una explicación. Juro que hoy iba a empezar a estudiar para llevarlo todo al día, pero es que me he despertado tarde y entonces ya tendré que empezar el lunes que viene, ¿no?.
Teníamos pendiente celebrar el cumple de Carlos en condiciones con su familia, y la repostera aficionada tenía que demostrar sus habilidades así que hice una Tarta San Marcos, que es la prefe del señorito y que además se está convirtiendo en tradición en todos sus cumpleaños.
Aquí mi suegri encendiendo las velas a su niñito... |
Para la tarta usé un Bizcocho Victoria, que ya tenía ganas de probar a hacerlo y la verdad es que estoy encantada, es un bizcocho súper jugoso y blandito, ¡pienso usarlo en más tartas!
También está buenísimo a secas para desayunar, que conste, y si no que os lo cuente mi perro, ¡que se comía las miguitas del que fue el primer intento! Es que se me rompió al desmoldarlo, ¡y luego lo comimos vilmente!
BIZCOCHO VICTORIA (Yo usé un molde de unos 23 cm)
200g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
200g de azúcar blanco
200g de harina
2 cucharaditas de levadura en polvo
4 huevos M
2 cucharaditas de extracto de vainilla
Precalentamos el horno a 180ºC, engrasamos nuestros moldes con mantequilla y les ponemos un poquito de harina, para que los bizcochos no se nos peguen. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que se integre y la mezcla se vuelva blanquecina. Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo bien tras añadir cada uno. Añadimos el extracto de vainilla y la harina tamizada con la levadura. Batimos hasta que la mezcla sea homogénea.
Con ayuda de una cuchara de bolas de helado, repartimos la masa en los moldes y horneamos en torno a 20 minutos hasta que al pinchar un palillo en los bizcochos salga limpio.
Yo sólo tengo un molde así que horneo la masa en tres veces, pero podéis hornearla toda a la vez y luego cortar en capas el bizcocho.
Los dejamos enfriar en los moldes 5 minutos y luego los pasamos a una rejilla. Cuando estén fríos, los igualamos y nos ponemos a preparar el almíbar.
-Para el almíbar:
100g de azúcar
1 vaso de agua
1/2 vaso de ron
Ponemos el agua, el ron y el azúcar en un cazo y lo ponemos a calentar hasta que el azúcar se haya disuelto.
Y ahora sí, ¡viene lo mejor!
-Para el relleno:
800g de nata para montar
Azúcar al gusto
2 cucharadas de cacao
-Para la crema de yema:
4 yemas de huevo
150g de azúcar
50ml de agua
Una cucharada de Maizena
Unas gotas de extracto/zumo de limón (Opcional, al gusto)
Azúcar moreno para espolvorear y tostar
Almendras fileteadas o crocanti (Opcional, al gusto)
Primero montamos la nata. Una vez montada añadimos azúcar a nuestro gusto, hasta que esté a nuestro gusto. Reservamos la mitad y a la otra mitad le añadimos las dos cucharadas de cacao y batimos.
Reservamos la nata y la trufa hasta que vayamos a montar la tarta.
Hacemos un almíbar con los 150g de azúcar, el agua y, si lo añadimos, el limón, calentándolo en un cazo hasta que el azúcar se disuelva. Mientras se enfría batimos las yemas de huevo y le añadimos la maizena. Cuando el almíbar esté templado (muy importante, ¡para que no se nos corten las yemas!), lo echamos sobre las yemas muy poco a poco, como si fuera un hilillo, sin parar de remover la mezcla.
Ponemos todo en un cazo y lo calentamos a fuego lento, sin parar de remover, hasta que espese. Cuando esté lista, ponemos el cazo dentro de otro cazo más grande que habremos llenado de agua fría, y seguimos removiendo hasta que se enfríe. Empezamos a montar la tarta.
Ponemos sobre la base en la que vayamos a montar nuestra tarta una capa de bizcocho, lo mojamos con un poco de almíbar y le ponemos encima una capa de trufa. Ponemos la siguiente capa de bizcocho, lo almibaramos y le ponemos una capa de nata. Ponemos la última capa de bizcocho, lo almibaramos y le ponemos encima la crema de yema (¡cuando esté fría!).
Espolvoreamos azúcar moreno por encima de la crema de yema y lo tostamos con nuestro soplete.
Ponemos alrededor una capa muy fina de nata para sujetar las migas y la guardamos en la nevera media hora. La sacamos y ponemos alrededor de la tarta una capa más gruesa de nata. Metemos la espátula en un vaso de agua caliente para que se caliente, y la pasamos alrededor para tener un acabado liso.
A continuación podéis añadir almendras fileteadas o crocanti para que quede más chuli, como hice yo.
Espero que os haya gustado y que también la hagáis en vuestros cumples.
Me despido ya, que me toca volver a clase un par de horitas más.
¡Besitos dulces!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Doy fe de que la tarta de San Marcos estaba para chuparse los dedos y rebañar el plato con la lengua.
ResponderEliminar